Jesús N. está vinculado al voluntariado desde hace más de 30 años. Ha colaborado con la Asociación de Familiares y Amigos de Niños Oncológicos de Cataluña (Afanoc) y, en la actualidad, hace de voluntario en la Fundación Once, entidad con la que coopera desde hace ya algunos años. Reconoce que ha tenido mucha suerte en la vida y la forma que tiene de contribuir con las causas sociales es haciendo voluntariado.
Se incorporó al equipo de Voluntariado de Som – Fundació el pasado mes de octubre para acompañar a José P. en actividades de ocio.
Jesús recuerda que cuando lo conoció también estaba presente su tía de 96 años, quien se siente muy responsable de su sobrino. Comenta, entre risas, que superó el examen que le hizo la tía y cuando ella lo aprobó, fue consciente que, a partir de entonces, ya podía hacer de voluntario de José.
Otro hecho que le sorprendió es que la persona que acompaña tiene la misma edad que él y esto le hace «cuestionarse muchas cosas». Es consciente que se ha comprometido a encontrarse con José cada quince días y el martes ya le hace la primera llamada para recordarle que se verán el jueves.
De momento, el tipo de actividades que comparten se reducen a pasear por la ciudad y tomar un Cacaolat en un parque, porque la mayoría de lugares están cerrados a causa de las restricciones por la pandemia. Aprovechan para hablar de fútbol, del Barça y de los temas que vayan surgiendo. Tienen previsto ir juntos al Camp Nou a ver jugar a su equipo favorito cuando abran los campos de fútbol. Ambos lo están esperando!
Destaca que José es una persona agradable, muy simpático y todo le va bien. Ha aceptado muy bien la compañía de Jesús y afirma que «acompañarlo es muy fácil, ya me lo dijisteis, pero es verdad».
Jesús confiesa que está descubriendo el mundo de la discapacidad intelectual y la tarea que se lleva a cabo en las entidades tutelares, un «mundo que desconocía».
Asegura que no sabe qué le aporta el voluntariado, pero necesita hacerlo. Se ha acostumbrado a ser voluntario y le hace feliz.