Esta semana el Govern de la Generalitat se ha comprometido, finalmente, con la inclusión de las personas con discapacidad intelectual. Ha aprobado el Código de Accesibilidad de Cataluña, el reglamento que despliega la Ley de Accesibilidad e incluye la accesibilidad cognitiva como parte fundamental. Esto implica la implementación de medidas y recursos específicos para garantizar que las personas con discapacidad visual, auditiva, cognitiva e intelectual no se encuentren con limitaciones en sus actividades cotidianas.
Desde Som – Fundació aplaudimos esta iniciativa y destacamos su importancia. Para nosotros, significa que, por fin, la sociedad catalana se compromete con los derechos de las personas con discapacidad intelectual, un tipo de discapacidad poco considerada a la hora de elaborar políticas de accesibilidad. Y, más a menudo de lo que nos gustaría, evitada y silenciada.
El dret a comprendre el món
La realidad de este colectivo es que a menudo enfrenta dificultades para comprender el mundo que les rodea. Esto limita el ejercicio de su ciudadanía plena y automáticamente los relega a ciudadanos de segunda. Por ejemplo, las personas con discapacidad intelectual todavía tienen problemas para acceder a un empleo, a la justicia, a los servicios médicos o para votar en las elecciones, por no hablar de la brecha digital. En el ámbito cultural, la inclusión se concentra en adaptar las características de los equipamientos, pero hasta ahora no se ponía especial atención en que los contenidos, programas y presentaciones fueran accesibles.
Además, esta aprobación brinda el respaldo definitivo a los pequeños grandes avances que se han dado hasta ahora en materia de accesibilidad cognitiva. Desde las guías editadas por Dincat, Plena Inclusión España y la Asociación Liber, pasando por la creación de la Xarxa AccessCat, hasta la creación del Centro Español de Accesibilidad Cognitiva (CEACOG), que ha puesto en marcha recientemente esta magnífica campaña.
La accessibilidad cognitiva en Som – Fundació
Las entidades de primer nivel participamos en todas estas iniciativas. De hecho, desde nuestra Área de Accesibilidad Cognitiva, nos esforzamos por adaptar nuestras comunicaciones, tanto físicas como digitales, a lectura fácil. Editamos la revista accesible Coses Nostres y participamos en estudios de ámbito autonómico, estatal y europeo, que ayudan a arrojar luz sobre los procesos cognitivos en personas con dificultades de comprensión. Esto nos ayuda a saber con rigor científico qué podemos hacer para mejorar su acceso a la información.
Finalmente, queremos destacar que esta norma generará una gran cantidad de empleo para las personas con discapacidad. Cualquier documento que se adapte debe pasar por un proceso de validación, que ejecutan personas con discapacidad intelectual: los validadores y validadoras. Ellos son quienes ponen el sello final a las publicaciones accesibles.
Este paso demuestra que estamos en el buen camino hacia una sociedad más inclusiva y justa para todos, donde cada uno pueda disfrutar de sus derechos sin limitaciones. Esperamos que su aplicación sea real y efectiva.