Categorías: Vida IndependientePublished On: 10 de febrero de 2025

Las personas con discapacidad intelectual con una provisión de apoyos a menudo se ven limitadas para gestionar su dinero, incluso cuando su sentencia no indica que necesiten un apoyo económico. Y no es porque ellas no tengan capacidad para hacerlo, sino porque las entidades financieras se lo impiden unilateralmente. La ley ha evolucionado para garantizar más autonomía a este colectivo, pero los bancos siguen presentando importantes barreras que dificultan su inclusión financiera.

Se trata de un problema que las fundaciones de apoyo a la capacidad llevamos denunciando desde hace tiempo. El gerente de nuestra entidad, Josep Tresserras, lo expuso en un encuentro en la Fiscalía General del Estado, donde tomaron nota. También hemos presentado quejas directamente a los bancos por limitar injustificadamente la operativa de las personas a quienes acompañamos. Después de numerosas reclamaciones y obstáculos, hemos expuesto este problema junto con Dincat en El Periódico de Catalunya, que ha publicado esta problemática en su edición impresa de hoy y también en la edición digital, con una noticia dedicada a la problemática general y otra que aborda dos casos específicos: el de Ariadna Capdevila y Josefina Burgos, dos mujeres a quienes damos apoyo.

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El caso de Ariadna Capdevila es flagrante. Es una mujer con síndrome de Down y de Turner a quien damos apoyo en el ámbito económico. Ariadna ha sido víctima de estafas en el pasado. Por ello, vigilamos que no haya movimientos inusuales en su cuenta y autorizamos operaciones de gran envergadura, como la solicitud de un préstamo hipotecario. Nada más: ella tiene derecho a disponer de su dinero cuando quiera y como quiera, sin ningún tipo de apoyo. Sin embargo, pasó un año sin poder obtener una tarjeta bancaria. Durante ese tiempo, tuvo que depender de su familia y amigos para cubrir sus necesidades básicas. «Me sentí impotente y discriminada», recuerda. Tras un largo proceso, consiguió la tarjeta, pero aún encuentra dificultades para realizar gestiones bancarias de manera autónoma.

Otro caso es el de Josefina Burgos, que también pasó años con limitaciones en el acceso a sus recursos. Cuando su fundación intentó obtener una tarjeta para ella, el banco BBVA se negó rotundamente. Finalmente, logró obtener una tarjeta de CaixaBank, y ahora se siente más libre para gestionar su dinero.

En Som – Fundació seguiremos trabajando para garantizar que las personas con discapacidad intelectual tengan el apoyo necesario para gestionar sus recursos de manera independiente. Sin embargo, es fundamental que los bancos y las entidades financieras adapten sus servicios para garantizar la plena inclusión de este colectivo.

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